La Frase de la Semana

Atrévete a saber

viernes, 27 de noviembre de 2009

Grandes Personajes de la Historia

Giovanni Bellini 



"La piedad" de Giovanni Bellini

Pintor veneciano (Venecia, c. 1430 - 1516) Giovanni Bellini comenzó su carrera como ayudante en el taller de su padre y continuó pintando hasta después de los 80 años. En su primera época estuvo muy influido por su cuñado, el pintor de Padua Andrea Mantegna, de quien tomó el aspecto escultórico de las figuras, la potencial elocuencia de los contornos muy marcados y, en ocasiones, el tipo de composición, como en la obra de su primera época La oración del huerto (década de 1460, National Gallery, Londres). Sus obras están, sin embargo, imbuidas de una percepción, propia y sutil, del color y la luz, de una excepcional sensibilidad para los paisajes y de una compenetración con el tema humano mucho más directa y delicada que la de Mantegna. Obras principales: San Francisco (c. 1480, Colección Frick, Nueva York) Madona de los arbolitos (1487, Academia, Venecia) La Virgen, el Niño y santos (1488, Iglesia de Santa María dei Frari, Venecia). La Virgen con el Dogo Agostino Barbarigo (1488, San Pietro Martire, Murano).  La Virgen rodeada de santos (1505, Iglesia de San Zaccaria, Venecia). El festín de los dioses (1514, National Gallery, Washington, D.C.). La importancia histórica de Bellini es inmensa. Durante los 65 años de su evolución artística, consiguió que la pintura veneciana pasara del provincianismo al primer plano del arte renacentista. A él se debe en gran parte el esplendor de la escuela veneciana del siglo XVI puesto que en su taller se formaron dos de sus más relevantes creadores: Giorgione y Tiziano. Sus aportaciones personales determinaron, además, la especialísima contribución veneciana a dicho periodo. Entre tales aportaciones se cuentan la luminosidad de su paleta, su percepción profunda de la naturaleza y su conmovedora humanidad.

Conceptos fundamentales de la física


El Espacio. 

En su sentido más general, lo que está caracterizado por la propiedad de la extensión. Durante muchos miles de años se consideró que el espacio tenía tres dimensiones: largo, ancho y alto. Este tipo de espacio, que puede medirse según las reglas de la geometría euclidiana, coincide plenamente con la experiencia cotidiana y con todas las formas habituales de medida de tamaños y distancias. Sin embargo, las investigaciones modernas en matemáticas, física y astronomía han indicado que el espacio y el tiempo forman en realidad parte de un mismo continuo, al que los científicos denominan espacio-tiempo o continuo espacio-temporal.

La Materia

Es todo lo que ocupa espacio y posee los atributos de gravedad e inercia. En la física clásica, la materia y la energía se consideraban dos conceptos diferentes que estaban detrás de todos los fenómenos físicos. Los físicos modernos, sin embargo, han demostrado que es posible transformar la materia en energía y viceversa, con lo que han acabado con la diferenciación clásica entre ambos conceptos. Sin embargo, al tratar numerosos fenómenos —como el movimiento, el comportamiento de líquidos y gases, o el calor— a los científicos les resulta más sencillo y práctico seguir considerando la materia y la energía como entes distintos.

En filosofía, la materia ha sido generalmente considerada como la base constituyente del mundo físico, aunque algunos filósofos de la escuela del idealismo, como el irlandés George Berkeley, han negado que la materia exista con independencia de la mente. Así mismo, sin lugar a dudas existen cosas inmateriales, por ejemplo el pensamiento.[1]

El Tiempo

Periodo durante el que tiene lugar una acción o acontecimiento, o dimensión que representa una sucesión de dichas acciones o acontecimientos. El tiempo también ha sido tratado ampliamente por la filosofía. San Agustín dijo, refiriéndose al tiempo: “Si no me pregunto qué es, sé qué es”. Para muchos el tiempo también es un concepto mental. Sin embargo, si aceptamos que el Universo tuvo un principio, entonces el tiempo existe. Ahora bien, si aceptamos que siempre hubo algo, el tiempo no existe, y esa noción, idea o concepto, desaparecerá cuando desparezca la mente humana o cuando (por alguna hipotética razón) el ser humano sea eterno[2].

¿Qué es medir?

Procedimiento por el que se obtiene la expresión numérica de la relación que existe entre dos valores de una misma magnitud, uno de los cuales se ha adoptado convencionalmente como unidad.

Los resultados de las medidas son números que, por diversas causas —que van desde el propio procedimiento hasta fallos del experimentador—, presentan errores y son, por tanto, números aproximados. Lo importante en una medida es encontrar el número aproximado y estimar el error que se comete al tomar ese valor.

La precisión de un instrumento de medida es la mínima variación de magnitud que puede determinar sin error. Un instrumento será tanto más preciso cuanto mayor sea el número de cifras significativas que puedan obtenerse con él. El error de una medida también puede estar motivado por los errores sistemáticos del instrumento, que pueden deberse a defectos de fabricación, variaciones de la presión, la temperatura o la humedad. Estos errores no pueden eliminarse totalmente y para que su valor sea lo más pequeño posible se realizan pruebas de control que consisten en cotejar las medidas con las de un objeto patrón.

Magnitud 

Es toda aquella propiedad que puede ser medida. Son magnitudes, por ejemplo, la temperatura, la masa, el tiempo, la longitud, el volumen, la superficie, la velocidad, la fuerza y muchas otras.


[1] Hay tres posturas básicas en la filosofía: O todo es materia, o hay espíritu y también materia, o todo es espíritu. Es un tema apasionante pero no lo trataremos aquí. Alguien puede refutar que el pensamiento sea algo no material alegando que lo produce la mente y que la mente es el producto de reacciones químicas en las neuronas. Sin emnargo, suponer esto es como decir que el agua es sólida porque sale por un tubo sólido. La gran pregunta es: ¿Còmo puede la materia producir pensamientos? ¿Còmo puede surgir algo inmaterial de algo material?
[2] El tiempo es una idea que es casi imposible definir. Parece paradójico, pero qué es el tiempo sólo podría decírnoslo un ser para el cual no exista el tiempo. 

martes, 24 de noviembre de 2009

"Satanás". Novela de Mario Mendoza

En la novela “Satanás”, el escritor colombiano Mario Mendoza, recrea un hecho real como vehículo para expresar de una forma cruda la violencia, en todos los sentidos, que impera  en nuestra sociedad. A través de la historia de algunos personajes, los cuales, al final, todos confluyen, Mendoza nos pasea por algunos de los males sociales que más nos aquejan. Sin embargo, no se queda solamente en mostrarnos dichos males de una manera superficial, sino que va más al fondo, hacia la raiz de dichos males, como lo son los antivalores, las personalidades desquiciadas y, especialmente, el problema del mal.

Mario Mendoza es un escritor colombiano nacido
en 1964, en Bogotá. "Satanás" fue su primera novela. 

Algunas de las historias particulares que encontramos nos presentan profundas reflexiones filosóficas y existenciales. El caso de María, la muchacha pobre que es arrastrada hacia el delito ya que ve en ello una manera de salir de sus problemas económicos. Los que la inducen a ello piensan que no es nada “malo” lo que hacen, que hay mucha gente que tienen mucho dinero y que es lícito quitarles un poco. María también es violada por dos sujetos, crudamente dibujados, que no tienen ningún respeto por la dignidad de la muchacha.

Está la historia del señor que asesina a sus hijas y esposa porque “están pasando hambre”. Para él, asesinarlas es lícito para evitar que sigan sufriendo. Aquí se nos presenta nuevamente el secular problema entre cuando una acción es buena y cuando una acción es mala. ¿Hasta qué punto acabar con la vida de alguien para que no sufra más es un acto de bondad?

Así mismo, nos encontramos con la historia del sacerdote, con grandes remordimientos porque ha “fornicado”, o ha hecho el amor, faltando a sus votos de castidad. ¿Pecado? ¿Amor?

El autor, a través de estas historias, nos plantea, como ya lo expresamos, serias dudas de tipo existencial. ¿Todos somos malos? O es,  como dijo el poeta brasileño Chico Buarque: “Nadie es bueno, nadie es malo, completamente”.

Campo Elías, que no necesariamente es el personaje principal, sí representa, en la novela, la síntesis de todo lo que el autor ha venido planteando. Es la suma de todo el mal posible. Pero, un  mal que podemos identificarlo bien como el resultado de una insania mental o como quizás muchos piensan: estaba poseído por una fuerza maligna.

La idea de personificar fenómenos o situaciones no es nueva. Si alguien comete un delito atroz muchos alegan: “Estaba poseído por el Mal” o “se le metió el Diablo”. Campo Elías escribe con la sangre de sus victimas: “Soy Legión”. La misma respuesta que un endemoniado le dijo a Jesús de Nazareth.

"Satanás" nos hace reflexionar sobre las cosas
que pueden  llevar a una persona a cometer actos
de una gran violencia.
Es cierto que todo el bagaje religioso y de supersticiones que existen en la sociedad unido a situaciones de un fuerte estrés (como la guerra, por ejemplo) o un desequilibrio mental pueden llevar a una persona a cometer actos horrendos, tan horrendos que solemos pensar que sólo por intermedio de una fuerza sobrenatural y maligna pudo llevarse a cabo.

Pero, como ya lo expresábamos, el Mal, tanto como el bien, suelen ser ambiguos. ¿Fue malo Hitler? Algunos (muy pocos) piensan que lo que hizo había que hacerlo. Incluso tanto Inglaterra, como Estados Unidos y el Papa mantuvieron silencio ante las primeras atrocidades de los nazis. Ya más cercano en el tiempo, para muchos Osama Bin Laden es un “monstruo” pero, George Bush ha ocasionado más muertes y destrucción con la guerra que mantiene en Irak. Los aztecas sacrificaban a doncellas y donceles “para que el Sol salga mañana”. ¿Eran malos por eso? Nadie lo afirmaría. Todos dirán que era un acto cultural, que ellos eran así, etc.

La novela “Satanás” tiene la particularidad de no ser maniquea. Nos presenta un fenómeno social y humano como lo es la violencia y el mal en una forma cristalina. Sin juicios de valor. Simplemente narra los hechos y nos invita a reflexionar sobre lo que es el bien y el mal. También nos dice, de una manera sutil que nuestra sociedad está en crisis. Una crisis en todos los niveles que nos lleva a hechos concretos. Algunas veces muy trágicos, demasiadas veces, quizás.