«¿Qué es un fantasma? Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez. Un instante de dolor quizás. Algo muerto que parece por momentos vivo aún. Un sentimiento suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar"(*)
¿Qué es un fantasma? Hay quienes aseguran que han visto fantasmas. Pero qué son? ¿Son emanaciones de otras dimensiones? ¿Son energías de personas, vivas a o muertas, que quedan aferradas a algún lugar por alguna le física que desconocemos? Yo, en lo particular, sé que existen. Son varios los casos que he visto. Pero un día de estos les haga una reseña.
A continuación las historias de fantasmas que hay en el Metro de Caracas.
Quizás no sepas que todas las noches, trabajadores del Metro recorren los túneles, verificando que no hay nada que pueda obstruir la vía. Conozco a uno de ellos, que no daré nombre. En la estación Colegio de Ingenieros (1), una vez, una mujer vestida de novia se suicidó en esa estación. Se iba a casar ese día y la dejaron plantada y decidió quitarse la vida. Ella suele aparecer fugazmente en los rieles de esa estación. Los de seguridad la han visto.
En los talleres de Propatria (2) son varios los que han visto a un señor alto, blanco, vestido con braga de mecánico que llama y dice: «Hay un tren que tiene una falla». Cuando van al sitio a revisar no hay ninguna falla y no ven al señor. Le pasa más que todo a los nuevos. Y los más viejos les dicen:
_Coño, vale, viste al mecánico.
_ ¿Qué? –ellos preguntan.
_ Ese fue un mecánico que se murió un día aquí, trabajando.
Al parecer «el mecánico» sigue trabajando aunque ya está muerto.
Un caso que alguien contó:
Más a o menos a las 11:15 de la noche el último tren del Metro de Caracas de la línea 1 hace el recorrido. Íbamos seis personas; y parada, una anciana. En la estación de Chacaíto (3) se bajaron todos. Yo iba hasta Chacao. La vieja no se bajó y yo le dije:
_Señora, ¿por qué no se sienta?
Ella no me hizo caso. Cuando el tren iba llegando a la estación me paro y le paso por detrás. Yo me paro cerca de la puerta, a esperar que abriera. Pero a través del vidrio observo que ella, la vieja, me está viendo, con la boca abierta y los pocos dientes que tenía, con caries asquerosas. La puerta se abre y salgo.
La puerta se cierra. Yo volteo a ver el vagón y la vieja no estaba. Empiezo a caminar muy rápido. No sé cómo estaba mi cara, pero cuando paso por el torniquete, uno de los guardias de seguridad le dice a otro que está un poco lejos:
_Ay vale, mira, aquí va otro que vio a la vieja.
Me detuve, sólo lo vi, no pregunté nada, pero él me dijo:
_Mira, fue hace años, una señora mayor, murió sentada en uno de los vagones. Duró toda la tarde y la noche allí, muerta, nadie se dio cuenta hasta que cerraron las operaciones como a las 11 y media de la noche… Precisamente la hora que es ahorita.
En la estación Los Dos Caminos (4) suelen ver a una mujer que camina por los túneles (sale en las cámaras). Un guardia de seguridad contó:
Una noche, mientras realizábamos el chequeo y control de acceso a la estación, para controlar a los trabajadores que van a laborar en los túneles, vemos por uno de los monitores de seguridad el ingreso de una joven a las vías del tren. Impactados por lo que vimos, llamamos por radio a los operadores que se encontraban cerca del andén para decirle que había alguien dentro del túnel, pero ellos entraron y no veían a nadie. Nosotros por las cámaras si la veíamos y le dijimos por el parlante: «Salga del túnel, está caminando en las vías, por favor salga del túnel». Pocos segundos después la mujer se movió en zigzag, rápidamente, eso no era normal, y desapareció de la pantalla.
La página el propio.com cuenta:
En el baño del cuarto de la sala de primeros auxilios de la estación Chacaíto (3), se siente y aparece un espectro que ronda en la noche. La imagen de una niña suele ahuyentar al personal, la descripción de este evento, sin duda, es aterrador.
«Era una jornada laboral normal, jamás pensé que vería eso pues no creo en esas cosas”, contó el operador. Su relato siguió: “En la noche, tras organizar los papeles decidí acostarme a dormir en la sala de primeros auxilios, apagué las luces para descansar y escuché el sonido del grifo del lavamanos abrirse.
Me levanté y observé que el grifo estaba cerrado. Mi cansancio era tal que decidí ignorarlo, apagué la luz y me acosté otra vez. Al cerrar los ojos escuché nuevamente el sonido del grifo, por lo que prendí la linterna de mi celular y desde mi puesto apunte la luz al baño y al pasarla por el lavamanos observé la imagen de una niña sin rostro, abriendo y cerrando el grifo, pero éste, aunque se escuchaba que se abría y se cerraba no se movía».
El joven operador, recordó con terror como salió corriendo a la garita de seguridad de la estación. Sus compañeros contaron -entre risas- que corría llamando al personal de seguridad.
En La Rinconada (5) los empleados dicen que «hay una especie de duende, que toma la apariencia de un niño». Y así suene descabellado, los que ahí laboran comentan que es costumbre verlo en los pasillos.
Los trabajadores cuentan con naturalidad que aparece cuando el personal operativo sale a hacer las rondas de inspección, indicando que la mayoría de quienes laboran en la estación lo han visto. «Él se deja ver», expresa una de las operadoras. «Se te queda viendo y si corres te seguirá atormentando todas las noches; en cambio, si lo tratas como un niño él se perderá y desaparecerá en la estación».
En una de los artículos que aparecen en la web sobre los innumerables casos de fantasmas en el Metro de Caracas, una persona comentó:
Hoy luego de varios años recuerdo esos días y les aseguro que el ambiente nocturno es las estaciones y talleres del Metro de Caracas es completamente enrarecido, en verdad hay una extraña energía que se puede sentir.
Sin ser una persona religiosa y reflexionando un poco sobre lo que no comprendemos, si es que eso es posible, llego a pensar que la causa de esa energía que se percibe en esos lugares es producto del tránsito humano masivo, por esas zonas y esos equipos. Más de dos millones de personas diarias, con sus alegrías, sus penas, sus sueños, sus inquietudes, sus almas, transitando a diario, por los vagones y las estaciones del metro de Caracas.
¿Cuántos de esos seres humanos que transitaron hoy, no estarán en este mundo mañana, o en un mes o en un año? De una forma u otra creo que la energía que se acumula en esos trenes, en esos recintos, es el producto de las millones de almas humanas que los recorren a diario. Son solo especulaciones de alguien que reflexiona sobre lo que no conocemos, como dije antes. Saludos
En lo que a mi concierne sólo puedo agregar que no todo es materia y la energía que podemos percibir. Hay otro tipo de fuerzas, de energías, sólo que aún no las comprendemos o no tenemos las herramientas para hacerlo y mucho menos para estudiarlas.
Notas:
(*) Tomado de un monólogo, más propiamente un voice over, en la película «El espinazo del diablo» (Del Toro, Guillermo; 2001).