"Para nosotros la tesis cabal es la de un Estado responsable y poderoso dentro de una nación poderosa y próspera. El logro de estos objetivos requiere de la implantación de una mística que acuerde las voluntades y las enrumbe provechosamente y exige dedicación plena de los habitantes de Venezuela para servir a la nación porque todos somos trabajadores al servicio del Ideal Nacional".
"Envío mis saludos a los trabajadores de Venezuela. Las circunstancias actuales de la vida nacional son favorables al desarrollo de iniciativas y a la aplicación de energías para el aprovechamiento de nuestras riquezas y para el progreso en todos los órdenes.
El Estado brinda igual apoyo a las fuerzas activas y creadoras sean las que invierten en capitales o las que trabajan al servicio de empresas sin que la función del poder haya tendido a favorecer a unos con perjuicio de otros; pues nos ha guiado la suprema razón de velar activamente por el desarrollo y la prosperidad de la nación. Este propósito continuará siendo norma inquebrantable.
Consecuente con tal determinación el gobierno está siempre atento a mantener e incrementar fuentes de trabajo. Prueba de ello es el ritmo ininterrumpido de las obras que la administración pública ha ejecutado en orden al cumplimiento de los objetivos del Ideal Nacional.
Nuevas realidades y nuevas perspectivas han creado y están creando ambiente propicio para la acción útil. Los centros urbanos y los campos ofrecen numerosas oportunidades. Se fomentan industrias; y la agricultura y la ganadería, del estancamiento y el estado ruinoso en que se encontraban, están volviendo a adquirir la importancia que les corresponde dentro de la economía del país.
Mediante una política encaminada exclusivamente al logro del bien nacional, en los últimos cuatro años se ha operado en Venezuela un fenómeno de extraordinaria importancia, como es el hecho de que económicamente dejó de existir una nación debilitada frente a un Estado todopoderoso porque éste se dedicó a robustecer a la nación, a hacer desaparecer tan perjudicial desequilibrio y a lograr que el Estado y la nación orientaran coordinadamente sus esfuerzos
Para nosotros la tesis cabal es la de un Estado responsable y poderoso dentro de una nación poderosa y próspera. El logro de estos objetivos requiere de la implantación de una mística que acuerde las voluntades y las enrumbe provechosamente y exige dedicación plena de los habitantes de Venezuela para servir a la nación porque todos somos trabajadores al servicio del Ideal Nacional.
Es éste un empeño colectivo que habrá de armonizar la energía nacional tantos años dispersa y ya en camino de consolidarse alrededor de principios de alto interés patrio.
El gobierno garantiza la paz, el orden y la estabilidad institucional como factores indispensables para que el trabajo pueda rendir los beneficios que requiere el fortalecimiento de la nación.
A la vez se hace necesario el aporte conjunto de los diversos sectores del trabajo sin agotarse en conflictos originados a veces por ideologías extrañas a lo realmente venezolano. Se desenvuelvan y actúen en forma que respondan al propósito que tenemos de colocar a Venezuela en el sitio que por tradición histórica, posición geográfica y riquezas naturales debe ocupar en América.
En la tarea extraordinaria que hemos emprendido la más sana doctrina que corresponde practicar a los trabajadores es la de colaborar con eficacia en la obra del bien nacional.
Tengo la profunda satisfacción de haber comprobado que los trabajadores venezolanos poseen sentido claro de su importancia como fuente económica de la nación Y que al repudiar cada vez más la influencia de aventuraros políticos actúan como ciudadanos conscientes del compromiso para con la Venezuela que ellos están ayudando a engrandecer.
El gobierno simpatiza con la actitud gallarda de los trabajadores en defensa de sus fueros cuando reclaman legítimos derechos sin lesionar el vigor de la nación; pero ve con dolor cuando se ponen al servicio de bastardos intereses que los perjudican y que comprometen el futuro de la patria. Por eso toma las medidas que considera necesarias para preservar la dignidad del trabajador y para mantener el respeto a su condición humana.
Por otra parte el gobierno no exige que los trabajadores le demuestren apoyo incondicional con ruidosas manifestaciones de masas. Desea, sí, que aprovechen las ventajosas circunstancias que hoy existen para que mejoren intelectual, moral y físicamente y que en la diaria faena piensen que del resultado positivo de sus labores depende el promisorio futuro de la patria.
Trabajadores, ayer nuestros hombres de trabajo se convirtieron en un disciplinado conjunto de soldados que dio la independencia a Venezuela y contribuyó a forjar la de otras partes de América en cumplimiento del ideal de los libertadores. El pueblo de hoy tiene un nuevo ideal para cuya realización es necesario que cada venezolano se ponga integralmente a su servicio como soldado del trabajo"
Marcos Pérez Jiménez
Presidente de la República de Venezuela
(1953 - 1958)
(Nacido: Michelena, Estado Táchira, 1914 - Fallecido: Madrid, 2001)
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