La Frase de la Semana

Atrévete a saber

domingo, 9 de octubre de 2016

La música popular de Venezuela en los años 80.


La explosión de talentos que hubo en Venezuela en los años ochenta es hasta ahora la más grande de las que han ocurrido en el mundo hispano. ¿La razón? Medidas gubernamentales de promoción y protección del talento nacional es una de ellas. La otra hay que buscarla en la secular sensibilidad artística del venezolano. 

Los cantantes venezolanos habían tenido bastante auge en los años cincuenta y especialmente en el pequeño boom que hubo en los sesenta (¿Quién no se acuerda de Mario Suárez, Lilia Vera, Lila Morillo, Héctor Zavarce, Trío Venezuela, Los Darts, 007, Los Impala, Trino Mora o Chery Navarro?), pero a partir de principios de los años setenta cuando la presencia del talento venezolano comenzó a decaer mucho en la radiodifusión. 


El presidente Carlos Andrés Pérez,
emitió en 1975 el primer Decreto
de promoción y protección
del talento nacional.
La música disco se imponía y empezaron a proliferar emisoras que sólo transmitían música en inglés. Ante esto, en 1975, al año de asumir la presidencia, el presidente Carlos Andrés Pérez emitió el Decreto 598 que establecía la obligatoriedad de que al menos el 50% de las canciones que se colocaran en la radio tenían que ser de artistas venezolanos. El decreto decía, entre otras cosas: 

“Para enaltecer la cultura venezolana y los valores autóctonos. El reforzamiento de la identidad nacional en la generación de relevo a través de su música, la promoción de los artistas y cantautores venezolanos".
Gualberto Ibarreto y María Teresa Chacín
fueron los primeros beneficiados del decreto 598.
Matía Teresa ya traía una carrera desde principios
de los setenta, pero Ibarreto comenzó a hacerse popular
a partir de 1975.

Al principio las emisoras acataron y cumplieron la disposición presidencial. Tal vez los primeros beneficiados fueron “Tania”, “Las Cuatro Monedas”, “Los Terrícolas”, “Punto Sur”, Rudy Márquez y Pecos Kanvas en el género de balada y en la criolla: Reyna Lucero. También Simón Díaz tuvo un gran repunte, al igual que María Teresa Chacín, Gualberto Ibarreto, Frank Quintero y los conjuntos infantiles “Los Tucusitos” y “La Rondallita”. 

Posiblemente, sin esa medida presidencial, no hubieran calado tanto en el gusto popular canciones como “El burrito sabanero” o “Carrao Carrao”. 

Sin embargo, para principios de los años ochenta la medida había caído en un saco roto. Casi no se escuchaban artistas venezolanos en las emisoras (a excepción de Ibarreto, Simón Díaz, Reynaldo Armas y poco después “Un Solo pueblo”, que fue un auténtico fenómeno) Muchos quedaron relegados a programas domingueros a las cinco de la mañana. 

Los Terrícolas de los hermanos y primos Hoyer,
de Morón, estado Carabobo, marcaron los años
entre 1975 y 1977. Sus canciones aún suenan
en toda Latinoamerica.
En 1984, poco antes de dejar la presidencia, Luis Herrera reforma el Decreto que había emitido CAP nueve años antes y establece la obligatoriedad de que por cada canción que se coloque de un artista extranjero, tiene que colocarse una de un artista venezolano. Se establecieron multas severas a las emisoras que no cumplieran. Era chistoso escuchar “Borderline” de Madonna y después a Lila Morillo con su “No es mejor que yo”, por ejemplo. Muchos lo vieron como una medida dictatorial. Algunos dijeron que ya había emisoras dedicadas sólo a los artistas venezolanos, que el que quisiera podía sintonizarlas.

A pesar de las críticas el decreto se hizo cumplir; pero había un problema: Eran pocos los artistas venezolanos de música pop, prácticamente los únicos eran José Luís Rodríguez, Los Tres Tristes Tigres, Pecos Kanvas y Rudy Márquez. Entonces comenzó el boom. Jóvenes que cantaban y tocaban muy bien, que lo que hacían era matar tigritos salieron a la luz. También surgieron managers, productores y disqueras. Nunca antes, como en los ochenta, tuvo tanto repunte la industria disquera y el talento nacional venezolano. El primero que aparece en la palestra es “Yordano” con su llamado “Disco negro” (porque la carátula es casi toda negra) y los temas “Manantial de Corazón”, “En aquel lugar secreto”. Simultáneo surge Ilan Chester y posiciona “Canto al Ávila” y “Marea de la Mar”. Marcelo, Melissa, Antonieta, Marlene, Franco de Vita. Algunos de ellos acompañados por la agrupación “La sección rítmica de Caracas”, excelentes músicos, considerados como la innovación y la experimentación musical más importante de Latinoamérica hasta ese entonces. (pero esa es otra historia).

Guillermo Dávila y Pecos Kanvas, el primero graba su primer álbum en 1979, pero no pegó. Dos años después su tema Sólo pienso en ti ocupaba los primeros lugares. Quizás porque fue el tema de la telenovela “Ligia Elena”. Fue bautizado como “El ídolo de esta generación”. Kanvas, dotado de una potente voz se mantuvo en el tapete hasta mediados de los noventa.
Saltan también a la palestra Karina con su “Sé cómo duele” y Guillermo Dávila con “Sólo pienso en ti”. Algunos otros no lograron mantenerse mucho tiempo, como Carlos Mata o Elisa Rego. También se impone la costumbre (no sé si era una medida del MTC de ese entonces) que los temas de las telenovelas fueran de artistas venezolanos. Surgieron las disqueras Sonográfica y SonoRodven. Los artistas de Venezuela copaban los gustos musicales desde México hasta Argentina. Ningún otro país en ese momento tenía tan pléyade de cantantes y la mayoría muy buenos.

También tenemos a Rudy La Scala, María Conchita Alonso, Escarlata, Proyecto M, “Los chamos”, Ricardo Montaner, Sergio Pérez, Fernando y Juan Carlos, Daiquirí, Colina… Y los que ya tenían una carrera desde los setenta, repuntaron, como los que antes mencioné: Pecos Kanvas, Rudy Márquez, José Luis Rodríguez, Gualberto Ibarreto, María Teresa Chacín. El rock nacional también repuntó, o mejor dicho, se inició, aunque su mayor fuerza llegará a finales de los ochenta.


Y
ordano, Ilan Chester y Franco De Vita, dotados los tres de un extraordinario talento, repuntaron a raíz del decreto de Luis Herrera Campins.
Al principio los productores discográficos no querían arriesgarse, pero cuando vieron tanto talento se lanzaron de lleno a apoyar a todos esos artistas. Y aún había discos de acetatos, así que no había piratería. 

"Los chamos" fueron otra de las agrupaciones surgidas
a raíz del Decreto 1x1 repotenciado por el presidente
Luis Herrera Campins
Eran tantos los artistas que se crearon premios faranduleros, cuyas emisiones gozaban de mucha sintonía, como el Premio Ronda. También muchas revistas dedicadas solamente a la farándula y al espectáculo. 

Los decretos del 1x1 de CAP y de Luis Herrera Campins, posibilitaron que salieran a la luz todas esas estrellas y podamos disfrutar hoy de piezas inolvidables. Una muestra más de que los gobiernos pueden marcar la diferencia.

Nota:

Este relato ha sido un mínimo esbozo... La historia de la música popular en Venezuela es muy rica. Escribir esta historia es una tarea pendiente y es algo que le debemos a todos los hombres y mujeres del espectáculo que han puesto en alto el nombre de nuestro país. 

Así mismo, faltó otro género lleno de grandes estrellas y anécdotas: la salsa... Pero ya la escribiremos.

Sólo nos queda escuchar al menos uno de los grandes hits de los ochenta: "Manantial de corazón" En la voz de Yordano. 


3 comentarios:

Unknown dijo...

Muy buena redacción de la historia venezolana... Gracias!

turovan14 dijo...

Excelente, hace falta que los jóvenes de hoy conozcan esto.

Unknown dijo...

En la década de los 60s el conjunto musical que le abrió las puertas a todos los demás grupos fue Los Supersónicos, fueron los primeros con Alfredo José Mena, el club del Clan, tocaron con The Trashmen, Mario Moreno Cantinflas, etc.
Luego vinieron los Impalas por invitación de ellos, siguieron los 007, Darts, etc