La Frase de la Semana

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viernes, 24 de febrero de 2017

Los primeros diez minutos del final


«No sé con qué armas se librará la Tercera Guerra Mundial, pero en la Cuarta sólo se usarán palos y piedras».
Albert Einstein.

Aunque existen protocolos y simulaciones por computadora de cómo serían los primeros minutos de una guerra nuclear, los expertos aseguran que quizás esas simulaciones o estimaciones se han quedado cortas. 

Lo que sigue está basado en el protocolo militar de Rusia ante un ataque nuclear a su territorio. Son los diez primeros minutos después que en Rusia detecten un ataque sobre su territorio. Estos diez minutos son los primeros de una hora que se ha dado en llamar «la hora del Armagedón»(1)

Minuto 0:
Satélites rusos capaces de ver más allá de la línea del horizonte detectan decenas de misiles nucleares que han sido lanzados desde territorio estadounidense y ascienden a velocidad de crucero.

00:10
Serpukhov-15, es el nombre en clave de un bunker subterráneo, ubicado a 60 km de Moscú. Su computadora principal, conectada a los satélites, recibe la señal.

00:24:
Los analistas, dirigidos por el Coronel Alexei Diatlov determinan que la señal es correcta: Los Estados Unidos de América han lanzado cincuenta misiles nucleares sobre Rusia.

00:30 
Alexei Diatlov nunca ha sido religioso, pero por instinto se persigna y pulsa un gran botón rojo que envía una señal a los quince centros de comando del Ejército ruso que están repartidos por toda Rusia. Todos construidos a 200 metros debajo de la superficie. 

La señal también llega al Puesto de Mando del Estado Mayor y al Comando de las Fuerzas Espaciales.

01:00 (un minuto después del ataque estadounidense)
En el Comando de las Fuerzas Espaciales determinan que la amenaza es real y envían una señal a las únicas tres personas que pueden ordenar un contraataque: El Presidente, el Ministro de la Defensa y el Comandante en Jefe del Estado Mayor. 

Se envía un prealerta al Comando de las Fuerzas de Respuesta Nuclear, un grupo de élite que controla todas las comunicaciones civiles y militares.

01:10
Alexei Diatlov, en secreto, llama a su esposa. «Mi amor, ha comenzado. Ve al refugio». Aunque él sabe que quizás ni ella, ni él, ni sus dos hijos sobrevivan.

01:30
Sólo ha pasado minuto y medio desde que cincuenta bombas nucleares salieron de territorio estadounidense y han llegado a su altura máxima y se dirigen a varios puntos de Rusia.

01:31 
Toda la fuerza área rusa está alertada. Al igual que todos los comandantes de los miles de submarinos que navegan en las aguas del Pacífico.

01: 35
Peter Jhonson y Mary Jhonson, una pareja joven, norteamericana, pasean plácidamente por la Plaza Roja de Moscú. Llegaron como turistas hace apenas una semana, pero en realidad son espías y fingiendo que toman fotos observan un inusitado movimiento en las instalaciones del Kremlin. Jhonson, abrazando a Mary dice como si le hablara a alguien invisible: «Ya lo saben».

1:40:
La señal ya ha llegado a los que poseen los “maletines nucleares”.

01:50
Las fuerzas especiales conmutan todo el sistema de comunicaciones de Rusia a un modo especial. Se caen todas las comunicaciones civiles: celulares, televisión, radio. Sólo las Fuerzas Armadas pueden comunicarse. Miles de camiones, cada uno con un misil nuclear, salen de bases subterráneas y toman posiciones. Sólo se espera la orden final.

01:51
Alexandre Serkin, un jovencito de 16 años, en la ciudad de Kiev, pegado a la pantalla de su computadora ve cómo la señal de la televisión se cae. También se cae el internet. Cree que la falla es local, pero también se ha caído la comunicación por celulares. Cae en cuenta que quizás ha empezado el protocolo para la defensa y contraataque nuclear, algo que él y sus amigos saben que existe. 

1:55
Maria Petrovich, Directora Adjunta del Ministerio de la Cultura envía una clave que sólo conoce ella y todos los directores de los museos y galerías de Arte de Rusia. Cuando éstos reciben la clave pulsan un botón que activa una alarma contra incendios. Las personas que visitan los museos comienzan a salir apresuradamente. 

2:00 
El Presidente de Rusia, el Ministro de la Defensa y el Comandante del Estado Mayor están reunidos en un vehículo en marcha. Se dirigen al que se considera el bunker más seguro del mundo. Construido a 500 metros bajo tierra, con reservas de agua y comida para 100 años, así como plantas geotérmicas que generan electricidad.

El Presidente de Rusia llama al presidente de los Estados Unidos. Quizás haya un error. Nadie le contesta. El presidente insiste varias veces.

2:10
Todas los principales museos y Galerías de Arte de Rusia han quedado vacíos. Un sistema se activa y las principales obras de arte bajan lentamente a un nivel subterráneo. Estarán a 50 metros bajo tierra en una habitación hermética, de plomo. 


La bomba atómica aprovecha la energía contenida en el átomo.
Pocos gramos de material tienen un alto poder destructivo.
La Bomba Atómica que se lanzó sobre Hiroshima mató al instante
a 140.000 personas y era una bomba de «muy poco poder»
En la imagen: Prueba atómica francesa en el océano Pacífico.
2:30
La esposa y los dos hijos de Alexei Diatlov se encierran en el bunker. Ella los abraza. Uno de ellos pregunta por su papá… ella responde: “Viene ahora”.

2:40
El jovencito Alexandre Serkin està haciendo uso de lo que sabe y de todos los hackeos que ha hecho. Logra convencer a su madre y van en un autobús saliendo de Kiev. Su idea es llegar al norte, a Finlandia. “Nadie atacará con armas nucleares a Finlandia”, piensa.

3:00
Sólo han pasado tres minutos desde que Estados Unidos lanzó un ataque nuclear contra Rusia. Allá también se preparan para el contraataque. El presidente de Rusia se da por vencido, nadie responde en la Casa Blanca.

3:30
Peter y Mary Jhonson van a toda prisa por una carretera en las afueras de Moscú. Llegan a un granero. Se bajan, corren, entran. Hay una pequeña avioneta. Sólo caben dos personas. Deben salir de Moscú. Alzan el vuelo rumbo a Finlandia. 

Alexandre Serki va en un autobús, no muy lejos de allí. Alcanza a ver la avioneta cuando despega. «Otro que también lo saben» - piensa. 

03:50
Los misiles atacantes entran dentro del rango de los radares de largo alcance. Es definitivo: Hay un ataque nuclear contra Rusia. Se determina la trayectoria de todos y sus objetivos. Los datos son retransmitidos al Presidente, al Ministro de Defensa, a la Junta de Jefes de Estado Mayor y al Comando de las Fuerzas Espaciales. Los analistas de inteligencia siguen tratando de desentrañar lo que está sucediendo con el máximo detalle posible. El Presidente, el Ministro de Defensa y otro personal esencial suben a helicópteros para ser transportados a un lugar secreto.

04:30 
Se declara el Estado de Sitio y de Excepción. Se transmiten órdenes a todas las comandancias del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea (no nucleares) para que inicien un despliegue de emergencia, así como a los gobernadores civiles de los territorios para que declaren la Ley Marcial y pongan en marcha de inmediato los planes de Protección Civil. A partir de este momento, cualquier persona o vehículo que se acerque a un componente de las fuerzas armadas rusas de la clase que sea sin autorización será atacado sin previo aviso.

4:45
Muchos hombres de negocios y personas adineradas reciben de sus amigos en el gobierno la información de que hay un ataque nuclear contra Rusia. Sólo muy pocos logran salir de las grandes ciudades. Otros se refugian en sus bunkers. Otros no creen que sea cierto. 

05:00 
Han pasado cinco minutos desde que Estados Unidos lanzó un ataque nuclear contra Rusia y es el momento decisivo. El presidente ruso va en el helicóptero. Para que el contraataque se ejecute sin problemas, hay que hacerlo ahora o nunca. 

El presidente vacila pero pulsa el botón. Todas las bases misilísticas, submarinos y camiones reciben la orden de desbloqueo y se inicia la secuencia de lanzamiento. Pero aún se puede detener el proceso.

05:30 
Todas las policías, guardia nacional, bases militares, protección civil, reciben el mensaje. Hay que prepararse para el ataque nuclear inminente. Ya toda Rusia sabe del ataque. 

6:00
Las alarmas antiaéreas suenan en todas principales ciudades de Rusia. Miles de personas corren a los refugios atómicos. Pero hay miles que no tienen y sólo se dedican a mirar por la ventana a sus vecinos. “Si algo va a pasar que pase ya y se acabó todo de una vez”, dijo una viejita mientras no dejaba de tejer con una aguja muy larga.

06:30
La Junta de Jefes de Estado Mayor, por orden de los portadores de los maletines, transmite a todas las estaciones los códigos para la autorización de lanzamiento.

6:45
Desde el autobús, que ya ha dejado la ciudad de Kiev, Alexandre mira como decenas de avionetas surcan el cielo. Huyen de lo que ya es inevitable: la destrucción de la ciudad por una bomba atómica. 

6:50 
En todos los Museos y Galerías de Arte de Moscú, ya las grandes obras de arte han descendido 100 metros. Al concluir el descenso son arropadas automáticamente por una gruesa capa de material sintético, diseñada para repeler el calor. 

07:00 
Los operadores de los misiles en los silos, los camiones, los bombarderos y los submarinos comparan los códigos de lanzamiento que han recibido con los que tienen en sus libros de claves, conservados en cajas fuertes selladas. Si coinciden, o si las comunicaciones se hubiesen cortado después de recibir los códigos de desbloqueo o las comunicaciones con el exterior se cortan, ya no se aceptan nuevas órdenes y se disponen a lanzar. Ahora el proceso es irreversible.

Son muchas las películas que han explorado la guerra mundial atómica. Algunas en tono de comedia, como "Strangelove" (1964) de S. Kubrick. La imagen es un fotograma de esa película, muestra al belicista mayor T.J. Kong (Slim Pickens que se lanza montado sobre una bomba atómica que va a caer en territorio ruso y hace gestos como si estuviera jineteando. 

08:00
Johnson, en la avioneta, sabe que han salido muy tarde de la ciudad. Siente que no lo logrará. Desde la parte de atrás de la nave, Mary parece percibir lo que piensa su compañero. Pero extrañamente no tiene miedo. Lanzó su vista hacia abajo y vio a un autobús que iba rápido por la carretera. “Si nosotros no lo logramos, mucho menos lo lograrán ellos”.

8:20 
Alexandre detiene al autobús y se baja en medio de la nada. Confía en que su madre se salvará pero él lo duda. Cuando el autobús se va observa en una colina cercana a veinte jóvenes como él que le hacen señas. Alexandre corre. Bajando la colina, por el otro lado, está la entrada a una gruta que sólo ellos conocen. Es un pasadizo angosto. Los 21 entran por el pasadizo: “No hay tiempo, Alexandre”, le dice uno de sus amigos.

8:30
Los operadores han terminado de preparar los misiles para el lanzamiento. Los bombarderos supersónicos vuelan hacia el Polo Norte a toda velocidad. Los submarinos están a profundidad de lanzamiento. Se inician las secuencias de disparo.

09:00
Sólo han pasado nueve minutos desde que se lanzaron los misiles atómicos de Estados Unidos contra Rusia.  Los planes de Defensa Civil empiezan a implementarse.

9:30
Alexandre y sus 20 amigos, entre los que hay seis muchachas, se han internado en lo profundo de la gruta. Varios pequeños manantiales salen de entre las rocas provenientes de un río subterráneo. La cueva es amplia. “Hay que seguir más”. Dice uno de ellos. Saben que mientras más profundo estén más posibilidades tendrán de sobrevivir al ataque nuclear.

La película «El día después» (M, Meyer, 1983), narra el inicio de una guerra nuclear. La escena final de la película es su mensaje; el protagonista, el doctor Huxley (John Lithgow ) llama por una rudimentaria radio y pregunta: «¿Hay alguien allí? ¿Hay alguien vivo?» Nadie responde. Y la escena se funde a negro. Se dice que la película impactó tanto al presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, que lo motivó a iniciar con el presidente soviético conversaciones para reducir las armas atómicas.  En la película no se menciona, ni es posible deducir, quién fue el primero que inició el ataque. 
10:00 
Rusia ha lanzado contra los Estados Unidos, Inglaterra y Francia todo su arsenal nuclear. El presidente ruso, ya en su bunker, recibe la información y aunque nunca ha sido creyente pronuncia casi como un susurro: “Que Dios nos ampare”.

Y se desata una guerra nuclear en todo el mundo. En la primera hora mueren mil millones de personas. Los estudiosos conocen esta hora como “la hora del Armagedón”. La mitad de ellos ni siquiera supo lo que les sucedió.

En los próximos días morirán dos mil millones de personas más.

Es difícil imaginar al mundo después de esa primera hora. Pero algunos cálculos indican que 90 minutos después de lo que acabamos de narrar, toda Europa y los Estados Unidos estarán en la oscuridad total (debido al polvo que se ha levantado)

Millones de personas han muerto por quemaduras provocadas por las bombas. Millones han sido sometidas a la radiación. Se desatan incendios a cada segundo. El agua ha sido contaminada. La gente que a duras penas ha sobrevivido, muchos morirán en los días siguientes. Millones se suicidarán.

En pueblos pequeños, no atacados directamente por las bombas, muchos habrán muerto por la onda expansiva o la onda de calor. Los que han sobrevivido comienzan a tener fuertes dolores de cabeza y diarreas constantes por la radiación.

Delincuentes aprovechan para robar o matar en los pueblos más lejanos de los ataques. No hay fuerza pública capaz de detener todo esto.

Pasan los días, las semanas. La vida ha perdido todo valor y cosas que la gente no valoraba ahora las valora en demasía, por ejemplo el agua o tal vez ver una planta verde (el invierno nuclear mantiene el sol oculto y las plantas no pueden sintetizar la clorofila… todo comienza a ponerse gris). El dinero ha perdido todo su valor abstracto.

Dos años después. 

Alexandre y sus amigos han logrado lograron sobrevivir. Todos con barbas, sucios y valorando ahora sí la vida, salen de la gruta subterránea. Aparentemente no están enfermos. Tuvieron que aprender a comer murciélagos, arañas, gusanos y unas extrañas frutas con un sabor amargo que crecían dentro de la cueva. 

Caminaron. Pasaron cerca de lo que quedaba del autobús. Parecía que le habían dado un inmenso golpe en un costado. Estaba hecho trizas y sólo esqueletos chamuscados estaban dentro. Alexandre no volteó a verlo. Más adelante una avioneta, quemada hasta los cimientos, con restos de que allí iban dos personas. 

Caminaron por la destruida ciudad de Kiev. No eran los únicos sobrevivientes pero a los que vieron parecían fantasmas… 

Alexandre sintió un pinchazo en su tobillo. Vio y era una gran aguja, de esas que usan para tejer… los huesos de una mano, quemados, aún la estaba sosteniendo.

Cerca de donde ellos iban un grupo de hambrientos se enfrentaban por lo que parecía una lata de algo… Se lanzaban piedras y se daban golpes con palos chamuscados.

_ La cuarta guerra mundial ha comenzado 

Dijo Alexandre, con tristeza  


(1) Armagedón es una palabra bíblica que parece hacer alusión a la ciudad de Megido, al norte de Israel, donde, según algunas interpretaciones, se librará una batalla final entre las fuerzas del mal y del bien. El término ha pasado a ser sinónimo de destrucción. 

1 comentario:

Unknown dijo...

Ojala nunca lleguemos a eso