La Frase de la Semana

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viernes, 11 de noviembre de 2016

El Batallón Sagrado de Tebas


«Para hombres de la misma tribu o familia hay poco valor de uno por otro cuando el peligro presiona; pero un batallón cimentado por la amistad basada en el amor nunca se romperá y es invencible; ya que los amantes, avergonzados de no ser dignos ante la vista de sus amados y los amados ante la vista de sus amantes, deseosos se arrojan al peligro para el alivio de unos y otros».
PLUTARCO
(45 - 120) 


No sé por qué y quizás nadie lo sepa, pero siempre, en todos los pueblos hay como una especie de enemistad no declarada o más bien de prejuicio hacia algún otro pueblo vecino.

En la antigua Grecia sucedía lo mismo pero en este caso eran dos ciudades, Atenas y Esparta, a quienes les caía mal, por decirlo así, la ciudad de Tebas. 

Quizás has oído nombrar a Tebas por la tragedia de Edipo, el que mató a su padre y se casó con su madre y tuvo hijos (que también eran sus hermanos). Pero les voy a hablar es del Batallón Sagrado de Tebas. 

Seguramente sabes, por películas como «300» que los espartanos eran casi invencibles. Es verdad, los niños que nacían con deformidades los mataban. Sólo dejaban vivir a los que nacían sin defectos y cuando cumplían siete años el Estado se los quitaba a su familia y los entrenaban todos los días para la guerra. Hasta las madres espartanas, cuando sus hijos iban a la guerra les decían: «Regresa victorioso o muerto». 

Gracias a los espartanos, especialmente por el sacrificio de Leónidas y su guardia personal de trescientos hombres en las Termópilas, fue que toda Grecia se unió contra los persas. ¿Toda? No, Tebas no. 

Los tebanos parece que querían vengarse de todas las demás ciudades griegas. Es que los atenienses, espartanos, todos, veían a los tebanos como lo peor de toda Grecia. Los consideraban inferiores. Tebas parecía que había nacido con una especie de karma. Era como esa gente que te pasa a un lado y sientes cierta repulsión. Nadie quería nada con Tebas. 

Pero los tebanos, a la calladita, refinaban sus técnicas militares. Aprendían, innovaban…

La guerra con Persia concluyó. Jerjes tuvo que irse derrotado y pasaron unos treinta años. Tebas estaba sometida por Esparta. Es que nadie se atrevía a atacar ni a contradecir a los espartanos. El sometimiento consistía en que Tebas debía pagarle a Esparta un tributo anual. Ellos lo hacían, pero seguían armando un ejército y practicando. La pequeña guarnición de Esparta que estaba en la ciudad no les paraba a esos «pobres tebanos». Los espartanos se sentían superiores. Pero todo siempre termina.  

Aunque Tebas estaba como marginada, en ella nacieron ilustres hombres, como el poeta Píndaro y cuatro siglos después el historiador Plutarco. 

Y un general tebano, Górgidas, a petición de su amante, el general Epaminondas, quien creó un Batallón, al que llamaron «El Batallón Sagrado». Pero ya verán que _desde cierto punto de vista_ no tenía nada de sagrado. ¿Por qué lo digo? Pues bien, Górgidas tomó a 150 parejas, es decir 300… ¿creen que eran 150 hombres y 150 mujeres? No, tomó a 300 hombres, 150 parejas de hombres. Todos amantes. 

Alguien dirá: «¡300 maricos!» Bueno, eso suena bien para una parodia de la película «300»,  pero el concepto de homosexualidad que tenemos actualmente no es aplicable a la antigua Grecia. Es un tema que no abordaremos en este momento. 

El Batallón Sagrado de Tebas, compuesto por 300 amantes masculinos demostró ser una tremenda fuerza de élite. La razón por la que fue creado es que se prensaba que dos amantes, combatiendo uno al lado del otro darían lo mejor de sí, que no demostrarían cobardía porque eso les ocasionaría vergüenza con su amante. Y si uno moría, el otro seguiría combatiendo para vengarlo. 

No sé si fue por eso, pero el Batallón Sagrado era prácticamente invencible. 

Y con ellos al frente, en el año 378 a.C Tebas le dijo a Esparta: «¡púdrete!»  Y comenzó la guerra.  

La homosexualidad en la antigua Grecia no tenía 
la connotación que tiene en la actualidad. 
En la imagen el dibujo en una copa muestra
a un adulto (erastés)  besando a su erómenos (adolescente).
La primera gran victoria de Tebas fue en Tegira en el año 375 a.C. y esa fue también la primera derrota de Esparta en toda su historia. Esta ciudad nunca se recuperará de esa derrota. Su orgullo quedó por el suelo y todo el mundo se dio cuenta que ella era invencible y empezaron a darle la espalda. Ahora la nota era Tebas.  

Ah… Pero Atenas también (para variar) odiaba a Tebas y temerosa del poder que esta ciudad estaba obteniendo se alió con otras ciudades y atacaron. En varias batallas el Batallón Sagrado se destacó como nadie. Pero el resultado de esta nueva guerra fue incierto. No se puede hablar de vencidos y derrotados. 

Así las cosas los persas amenazaban con volver a invadir Grecia. En Tebas se enteraron y vieron en ello la oportunidad para lanzar una ofensiva y dominar toda Grecia apoyados por los persas. Entonces mandaron emisarios a Persia y éstos vieron también la oportunidad para intentar nuevamente apoderarse de Grecia. 

Mientras tanto Tebas seguía consolidando su poder. Bajo el liderazgo de Epaminondas poco a poco fue destruyendo la hegemonía Espartana. Pero la suerte comenzó a cambiarles cuando, en el año 362 a.C. en la batalla de Martinea, Epaminondas es herido mortalmente.  El Batallón Sagrado luchó como nunca alrededor de él para evitar que los espartanos lo remataran. Lograron rescatarlo y se lo llevaron fuera del campo de batalla, donde murió. También murió su amante, Capisdoros. Ambos fueron enterrados juntos.  

Después de Martinea, y ya sin el liderazgo de Epaminondas, Tebas cayó en manos de políticos mediocres y su moral y capacidad de lucha disminuyó. Esa era su situación cuando un nuevo enemigo provino del norte: los macedonios.   Los atenienses, ante este nuevo enemigo se aliaron con Tebas. 

Y Filipo, rey de Macedonia, y su hijo Alejandro, de tan sólo 20 años de edad deciden pasar a la ofensiva. Primero conquistaron Atenas y poco a poco las demás ciudades. En realidad lo único que habían logrado Tebas, Esparta y Atenas con esa guerra entre hermanos fue allanar el camino a los macedonios. 

"La muerte de Epaminondas", conjunto elaborado por David D'Angers en 1811
Los Tebanos confiaban en su Batallón Sagrado y en el resto de sus fuerzas y junto con el ejército ateniense que aún estaba en pie le plantaron cara a los macedonios en Queronea en el año 338 a.C. 

La batalla fue feroz pero Tebas y Atenas perdieron. Al final sólo quedaban los trescientos amantes… las ciento cincuenta parejas masculinas que luchaban codo a codo, con redoblado valor. 

Uno a uno fueron cayendo. Murieron casi todos en el mismo lugar y allí mismo fueron enterrados. Pocos años después los griegos levantaron en ese mismo sitio un monumento que aún perdura: El León de Queronea. 

Alejandro entró a Tebas y no tuvo piedad. Ejecutó a seis mil tebanos y el resto fueron vendidos como esclavos. También ordenó que no quedara una sola casa en pie, excepto la casa donde había nacido Píndaro, el poeta que admiraba desde su niñez.  

El historiador Plutarco, que vivió 450 años después de estos hechos, se refirió al Batallón Sagrado de Tebas con estas palabras: 
«Para hombres de la misma tribu o familia hay poco valor de uno por otro cuando el peligro presiona; pero un batallón cimentado por la amistad basada en el amor nunca se romperá y es invencible; ya que los amantes, avergonzados de no ser dignos ante la vista de sus amados y los amados ante la vista de sus amantes, deseosos se arrojan al peligro para el alivio de unos y otros». 
Por otra parte, una vez finalizada la batalla de Queronea, Filipo llegó al lugar donde estaban los cuerpos de los soldados del Batallón Sagrado. Los vio a todos, abrazados. Preguntó:  

_ Quiénes son éstos abrazados, entre sí hundidos y acoplados en muerte y en amor.  

Le respondieron:  

_ Son los de Tebas el Batallón Sagrado de amantes. 

Entonces Filipo respondió: 

_ Perezca el hombre que sospeche que estos hombres o sufrieron o hicieron algo indebido. 

El triunfo de Macedonia en Queronea significó no sólo el fin del Batallón Sagrado, sino también el fin de Tebas y el fin de la independencia política de las ciudades-estado griegas. A partir de allí el mundo será otro. 


El León de Queronea. Conmovido por el amor y el valor de los miembros del Batallón Sagrado de Tebas, Filipo II mandó a erigir este monumento que ha sobrevivido a casi 2500 años. Debajo de él se encontraron en 1924 los restos de doscientos cincuenta y cuatro hombres, lo cual hace suponer que no todos los integrantes de ese Batallón murieron en esa Batalla.  

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