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lunes, 17 de abril de 2017

Gabriel, el niño de 13 años de edad que le dio la victoria a los patriotas en la Batalla de Los Horcones.


La ciudad de Mérida en Venezuela, fundada a fines del siglo XVI en una meseta a 1600 metros sobre el nivel del mar, fue una de las ciudades venezolanas que con más fervor lucharon por la independencia de este país. Fue allí donde se le otorgó a Bolívar por primera vez el título de Libertador y fue allí donde se erigió el primer monumento a su memoria que se hacía en el mundo. Es la patria chica de Gabriel Picón, héroe con sólo 13 años de edad. 

El 17 de diciembre de 1842, el gobernador de Mérida,  Gabriel Picón inaugura una alta columna dedicada a Simón Bolívar.  Hace apenas 12 años que murió el Libertador y Gabriel tiene el honor de inaugurar el primer monumento que se hace en el mundo al Padre de la Patria. 

Imagina que estás en ese acto... Gabriel Picón es un hombre de 42 años de edad, pero aparenta más... Le falta la pierna derecha y camina con dificultad. 

Todos lo ven con respeto y con admiración.

Les cuento por qué.

Retrocedemos 29 años en el tiempo. Es mayo de 1813, Bolívar pasa por Mérida en lo que se conoce como la Campaña Admirable. Esta ciudad lo recibe como un héroe. Todos los que tenían joyas se las llevaron «para los gastos de la guerra». También les llevaron los cubiertos de plata. Hasta los curas de la ciudad mandaron a que se fundieran todas las campanas de las iglesias para que con eso se hicieran cañones para el ejército.

Los varones, de todas las edades, se presentaban en la plaza, querían luchar por la Independencia de Venezuela.

Bolívar permaneció 18 días en esa ciudad. Un día, llegó ante su presencia el señor Antonio Rodríguez Picón (Él no usaba el apellido Rodríguez, sino Picón). Un consumado patriota, Gobernador de Mérida.  Junto a él tiene a sus tres hijos varones: Francisco Javier (De 17), Jaime Antonio (de 15) y Gabriel de 13.

_ General, yo también quiero contribuir _le dice_  Aquí están mis tres hijos varones. Por favor, tómelos para su ejército.

Quizás el Libertador dudó por Gabriel. Se sabe que él no aceptaba soldados menores de 14 años. Pero quizás vio tal determinación en los ojos de ese niño que aceptó.

La hermana de Gabriel, Martina, estaba casada con Vicente Campo Elías, otro patriota, que era español y que siempre decía: «Después que mate a todos los españoles en Venezuela, me suicido para que no quede rastro de esa raza», pues bien, Bolívar tomó a los tres adolescentes y los asignó al batallón de Campo Elías. 

La campaña se reinició. Un mes después se da el primer combate donde se bautizarán con fuego los tres hermanos Rodríguez: La Batalla de Los Horcones, el 22 de julio de 1813, cerca de Barquisimeto. 

Los tres lucharon con valor, pero lo de Gabriel raya en lo mítico. Uno de los cañones realistas estaba colocado en una colina y hacía estragos entre los patriotas. Entonces, el muchacho se arrastró como pudo hasta llegar a los pies de la colina. En cuclillas caminó entre la maleza para que no lo vieran. Corrió a lo alto y disparó contra uno de los realistas que murió en el acto, seguidamente, con la punta de la bayoneta atravesó al otro. 

Entonces comenzó a dar vivas con su fusil en acto.  Cuando los patriotas lo vieron, corrieron hacia él, pero mientras lo hacían escucharon las detonaciones de varios fusiles. No menos de cinco balas impactaron en la pierna derecha del niño que rodó colina abajo.

Lograron detener la pérdida de sangre pero todos sabían que a ese niño le quedaba poco tiempo e vida.  Extrañamente Gabriel no lloraba sino que exclamaba que podía seguir combatiendo. 

El coronel José Félix Ribas ordenó que lo sacaran del combate. Mientras lo llevaban al hospital de campaña su única preocupación era que Bolívar pensara que él no lo había hecho bien.  

Tuvieron que amputarle la pierna. Gabriel soportó la operación. Recuerden: Tenía sólo trece años de edad.

Al día siguiente, Bolívar, le envió una carta al padre:
Tengo el honor de enviarle un Boletín, por el cual se le informa de la gloriosa acción de Barquisimeto, dada por el Coronel Ribas, que a la cabeza de los valerosos meridanos, ha ganado a los tiranos. El joven héroe que tan gloriosamente ha derramado su sangre en el campo de batalla, no ha muerto, ni se teme que muera; pero si dejase de existir, vivirá siempre en los corazones de sus reconocidos conciudadanos, y será eterno en los fastos de Venezuela, cubriendo de honor el nombre de Picón. Yo lo felicito por la honra que cae sobre su familia por las acciones de su ilustre hijo.
Y en la carta, el Libertador le escribe al papá de Gabriel el único verso que se sepa que escribió Bolívar en toda su vida. Es este:
Y tu padre, que exhalas suspiros
al perder el objeto más tierno,
interrumpe tu llanto y recuerda
que el amor a la Patria es primero.
Gabriel se salvó y siguió acompañando al ejército patriota hasta la entrada triunfal de éste en Caracas unas semanas más tarde. Bolívar se lo entregó en Caracas a su hermana María Antonia, para que velara por él. Con ella se fue del país en 1814. Se radicó en Jamaica donde estudió matemáticas, geografía y otras disciplinas. Regresó en 1821 a Mérida, cuando ya Venezuela era libre. Allí se enteró que en 1816 su papá había muerto en Guasdalito. Nadie supo darle noticias de sus hermanos varones. 


Gabriel Picón González, después de la guerra se dedicó
al comercio y prosperó. Fue senador en el lapso
1831-1834 y después gobernador de Mérida
entre 1839 y 1843. Se casó en primeras nupcias
con Apolinaria Febres Cordero en 1825 y al quedar viudo
contrajo matrimonio con la italiana Angela Carnevali
en 1844. Gabriel Picón murió en 1866. Desde 1975
sus restos están en el Panteón Nacional de Venezuela.
Fue padre de seis hijos, cuyos descendientes han seguido
poniendo muy en alto los apellidos Picón-Febres Cordero
y Picón-Carnevali.
Se dedicó al comercio, restauró su casa materna que estaba casi en la ruina (En 1814 su hermana Martina, con sus hijos, había huido a Nueva Granada en la expedición de retirada que comandó el general Urdaneta). .


Y en 1840, cuando lo nombraron gobernador de Mérida, Gabriel quiso honrar la memoria de aquel hombre que 27 años antes le había dado la oportunidad, cuando él tenía 13 años, de luchar por nuestra independencia.

El hombre de 42 años, que carece de su pierna derecha, y que todos ven con admiración, es Gabriel Rodríguez... Y ha develado el primer monumento a la memoria del Libertador.

¿Qué pasó con sus otros dos hermanos?

Francisco Javier, el mayor, sobrevivió a la guerra... Hasta luchó en Ayacucho en 1824... El otro, Jaime Antonio, con apenas 16 años, murió, en 1814, en la Batalla de San Mateo, mientras ayudaba a su amigo, Carlos Villapol, a defender el acceso a la Casa Bolívar...

Carlos Villapol también tenía 13 años...

Pero esa es otra historia.

Cálculos muy conservadores estiman que en la guerra de Independencia de Venezuela murieron combatiendo unos 100.000 niños y adolescentes.  Y muchos más quedaron lisiados, como Gabriel Picón, el héroe de Los Horcones.  


La Columna, en Mérida. Primer Monumento erigido al Libertador en el mundo. Inaugurado por Gabriel Picón en 1842. 



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