La Frase de la Semana

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jueves, 11 de agosto de 2016

El sacrificio de Leónidas I de Esparta


"Mirad, habitantes de Esparta, o bien vuestra poderosa ciudad es arrasada 
por los descendientes de Perseo, o no lo es; pero en este caso,
la tierra de Lacedemón llorará la muerte  de un rey de la estirpe de Heracles
Pues al invasor  no lo detendrá la fuerza de los toros o de los leones 
ya que posee la fuerza de Zeus".
Oráculo de Esparta. Julio 480 a.C.
A finales de julio del año 480 a.C. los persas le solicitaron al rey d Esparta, Leónicas, que se rindiera. Que se convirtiera en vasallo de Persia y sólo así su ciudad no sería arrasada. Leónidas no aceptó. 
Con todo, los persas le dieron un tiempo de pocas semanas para que meditara bien la posición en la que estaba. Leónidas consultó a un oráculo y la adivina le dijo que los dioses no aprobaban que el ejército de Esparta entrara en guerra con los hijos de Perseo.
Entonces Leónidas tomó de su guardia personal a 300 hombres y marchó a hacerle frente a los persas. De esa manera no estaba contraviniendo al oráculo, ya que no era el ejército el que iba a combatir.
Leónidas debe haberse despedido de su esposa y ésta quizás le dijo lo que toda madre o esposa espartana le decía a sus hijos o maridos cuando iban a la guerra:
_ Regresa triunfador o sobre tu escudo.
Es decir, triunfador o muerto, ya que los cuerpos de los caídos en combate los colocaban sobre el escudo y así los transportaban hasta la ciudad para cremarlos.
En el camino se le unieron a los espartanos unos 700 u 800 soldados tespios. Leónidas los destinó a la reserva.
La estrategia del rey de Esparta era simple: Se colocaría con sus hombres en el estrecho de las Termopilas. Allí, por más grande que fuera el ejército del rey Persa tendrían que combatir en un espacior reducido y eso les daba ventajas.
Leónidas así lo hizo y apenas llegó y tomó posiciones, Jerjes, el rey persa le envió un emisario a decirle que entregaran sus armas. Leónidas , según el historiador Plutarco, le dijo:
_ Molon labé
Que significa “Que venga él a buscarlas”.
Durante dos días, Leónidas y sus 300 lucharon con valentía. Los espartanos eran arrancados del hogar materno a los siete años de edad y el Estado se hacía cargo de ellos, con un solo fin: prepararlos para la guerra. Morir en combate era para ellos un honor. En cambio, regresar diciendo que habían perdido era la mayor de las deshonras. Así que Leónidas y su guardia personal tenían sólo dos opciones: O triunfaban sobre los 10.000 persas que los atacaban o morían todos.
Llegada la mañana del tercer día, Leónidas sabía que la segunda era la única opción que tenían. Tal vez lo supo desde el principio ya que él escogió para la batalla a soldados que tuvieran al menos un hijo varón. Aquellos que no tenía hijos no los llevó a combatir
En el desayuno, Leónidas le dijo a sus hombres:
_ Desayunen bien, porque hoy cenaremos en el hades.
El Hades, para ellos, era el lugar donde iban las almas de los muertos.
Era el 11 de agosto de 480, Leónidas envió de regreso a 200 tespios para que pudieran contarle a todos los griegos sobre cómo los espartanos habían peleado y el sacrificio que hacían por toda Grecia.
El combate final empezó al mediodía y uno por uno fueron cayendo. No se sabe si Leónidas fue el último en morir. 
Jerjes prohibió a los poetas persas, a los historiadores y escritores que escribieran sobre Leónidas y sobre lo que ellos habían hecho. Pocos días después que los persas se retiraron de la zona, los espartanos llegaron al estrecho y enterraron allí mismo a Leónidas y a sus 300 soldados de su guardia personal. Sin embargo, el historiador Herodoto, que vivió en esa época narra que Leónidas murió antes que algunos de sus hombres y éstos defendieron su cuerpo hasta que también cayeron bajo el ataque persa. Según Herodoto, Jerjes mandó a que le cortaran la cabeza y las manos.
Pero la noticia de lo que este rey espartano había hecho se regó por toda Grecia y entonces todas las ciudades se unieron contra el invasor. Unos diez meses después, Una Grecia unida venció definitivamente a Persia.

Imagen:
Monumento a Leónidas en el mismo lugar donde murió y fue enterrado hace 2585 años. El monumento es de construcción moderna. Se sabe que ya en esa época, una vez derrotada Persia los espartanos erigieron enterraron a los caídos en ese mismo lugar y erigieron un monumento encima con una lápida cuyo epitafio fue escrito por el poeta Simónides y decía: “Oh, caminante, informa a los espartanos que aquí yacemos por haber obedecido sus órdenes”.
Unos 40 años después los espartanos desenterraron el cuerpo de Leónidas y se lo llevaron a su ciudad donde le erigieron un gran Mausoleo, donde había un pebetero permanentemente encendido y en su base los nombres de los 300 que murieron junto con él. Este monumento también el tiempo se lo llevó.
El monumento que muestra la imagen, en su pedestal, se puede leer, en griego, la frase con la que Leónidas rechazó la oferta de paz de Jerjes: “Que venga él a buscarlas”.
Imagen superior izquierda: El actor Gerard Butler caracterizado como Leónidas en la película “300” (Z. Snyder, 2007).
Imagen superior derecha: El actor Rodrigo Santoro, caracterizado como Jerjes en esa misma película. Jerjes no era ni remotamente como lo presentaron en este filme. Era un rey ecuánime y justo y si se ensañó con el cadáver de Leónidas fue porque éste lo hizo irritar en gran medida durante tres días. Recuérdese que los persas, por la medida pequeña eran unos 200.000 soldados. Los griegos no llegaban a 1500. Y al final sólo quedaron un poco menos de 300. Jerjes es el mismo rey Asuero que se menciona en la Biblia, esposo de Ester.

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